- 1.La sostenibilidad en empresas con Responsabilidad Social Corporativa
- 2.Prácticas de sostenibilidad empresarial
- 2.1.Eficiencia energética y conservación de recursos
- 2.2.Desarrollo de productos y servicios sostenibles
- 2.3.Impulso de la cultura de la sostenibilidad
- 2.4.Transparencia y comunicación
- 3.En resumen
En la actualidad, los ciudadanos y consumidores demandan que las compañías y corporaciones sean empresas con Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
La sostenibilidad en empresas con Responsabilidad Social Corporativa
Además de responder a una demanda social, la Responsabilidad Social Corporativa conlleva numerosos beneficios para las empresas. Estos beneficios de la RSC abarcan aspectos tan diversos como la mejora de su imagen de marca, la atracción del talento o la obtención de beneficios fiscales, entre otros.
Dados estos beneficios y otros muchos, no es de extrañar que sean muchas las empresas que quieran ser socialmente responsables.
Existen infinidad de formas de apostar por la RSC, desde impulsar la integración laboral de los colectivos desfavorecidos hasta apostar por la economía local o invertir en proyectos solidarios.
Una de las formas más aclamadas, por ser casi una exigencia para nuestro planeta, es reducir el impacto medioambiental de nuestra actividad empresarial: ser una empresa sostenible tanto de cara al exterior como internamente.
Para conseguirlo existe un gran abanico de prácticas de sostenibilidad que pueden implementar las compañías para construir un futuro más verde y formar parte así del grupo de empresas con Responsabilidad Social Corporativa.
Vamos a ver algunas de estas prácticas de sostenibilidad empresarial.
Prácticas de sostenibilidad empresarial
En el día a día de una empresa pueden acometerse acciones sencillas, tanto por parte de la dirección como por parte de los mismos empleados, para hacer de la sostenibilidad un eje transversal. No se trata de acometer una acción puntual en la que se cuide el medio ambiente, sino de integrar procesos y acciones sostenibles de manera que pasen a formar parte intrínseca de las empresas con Responsabilidad Social Corporativa.
Eficiencia energética y conservación de recursos
Es quizás uno de los apartados más importantes en cuanto a prácticas sostenibles se refiere, porque cualquier empresa, sea del tamaño que sea y actúe en el sector que actúe, puede incidir en ello. Cualquier compañía puede optimizar el uso de los recursos y reducir el consumo de energía.
Algunas prácticas sencillas son apagar los equipos cuando no se estén utilizando, ajustar la temperatura del sistema de climatización, apostar por equipos eficientes, reducir el consumo de papel y apostar por el uso de soportes digitales, entre otros.
También invertir en transportes sostenibles, si la actividad de la empresa lo requiere, es otra acción que pueden llevar a cabo; incorporar a la flota vehículos híbridos o favorecer el transporte colectivo de los trabajadores.
Asimismo, contar con una buena gestión de recursos es una práctica de eficiencia energética que cualquier empresa puede llevar a cabo. Para ello, seguir las pautas de las 3R (reducir, reutilizar y reciclar) es una buena manera de hacer un uso más responsable de los recursos y reducir el gasto energético.
Llevarlo a cabo puede ser sencillo con prácticas como colocar un sistema de reciclaje en la empresa para que los propios empleados colaboren, implantar un sistema de recogida selectiva de residuos, etc.
La búsqueda de alternativas renovables para generar energía de manera sostenible, como la instalación de paneles solares o la utilización de energía eólica, son también alternativas que pueden llevar a cabo las empresas con Responsabilidad Social Corporativa.
Desarrollo de productos y servicios sostenibles
Otra práctica importante es el desarrollo de productos y servicios que tengan un menor impacto ambiental.
Esto implica evaluar cuidadosamente los materiales utilizados, la eficiencia energética durante la producción y el ciclo de vida del producto, la apuesta por proveedores que se comprometan con la sostenibilidad, por productos locales y materiales de proximidad, etc.
Las empresas también pueden considerar opciones como el diseño modular para facilitar la reparación y el reciclaje de los productos al final de su vida útil.
Al ofrecer productos sostenibles, las empresas no solo reducen su huella ambiental, sino que también pueden atraer a clientes comprometidos con la sostenibilidad.
Precisamente, una de las prácticas de sostenibilidad en las empresas con Responsabilidad Social Corporativa es la reducción y evaluación de la huella de carbono.
Impulso de la cultura de la sostenibilidad
Otro de los ámbitos en los que las empresas pueden impulsar la sostenibilidad es fomentando una cultura ambiental entre sus empleados. Realizando campañas de concienciación en los equipos de trabajo, incentivando las acciones sostenibles de los clientes o colaborando con proyectos solidarios, como Donadoo, que impacten positivamente en la sociedad.
Transparencia y comunicación
Una práctica clave en la sostenibilidad empresarial es la transparencia y la comunicación efectiva con todas las partes interesadas.
Las empresas deben ser claras en cuanto a sus objetivos y estrategias de sostenibilidad, y deben informar regularmente sobre su desempeño. Esto no solo fortalece la confianza con los clientes y la comunidad, sino que también fomenta la rendición de cuentas y la mejora continua de las prácticas sostenibles.
Las empresas con Responsabilidad Social Corporativa pueden evaluar estas acciones de RSC, medir su impacto, lo que ha supuesto para la compañía y así ver posibles mejoras.
En resumen
Cualquier empresa puede implementar prácticas de sostenibilidad.
Las formas más sencillas y habituales de hacerlo son con una gestión responsable de recursos y una apuesta por sistemas energéticos sostenibles. Creando un proceso de producción basado en productos y proveedores locales, transportes sostenibles y colectivos, midiendo la huella de carbono e impulsando entre los empleados una cultura sostenible.
Comunicar interna y externamente el compromiso de la compañía con el medio ambiente es, finalmente, otra práctica sostenible que llevan a cabo las empresas con Responsabilidad Social Corporativa.